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Solo pasaba a felicitarte...

Hay pocas cosas que merezcan una entrada en mi blog... Bueno, la verdad es que se me ocurren muchas cosas, pero como los pensamientos todavía no se transmiten de forma automática al papel, acabo dejando una lista de borradores esperando convertirse en algo que merezca la pena.

Dejando eso aparte, hoy quiero publicar algo porque ayer fue un día muy importante. De esos que cambian la vida de las personas. Y como me toca de forma muy cercana, pues me ha parecido oportuno ponerme manos a la obra.

Después de miles de días con el mismo sueño en la mente, después de libros amontonados por todos los rincones de la casa, después de innumerables folios agrupados en carpetas con nombres de asignaturas, después de casi 4000 archivos guardados, después de varios congresos, después de algunas quedadas, después de cientos de euros gastados en café, después de 240 créditos superados, después de casi 60 exámenes con nervios incluidos, después de todas las dudas, después de todos los imposibles que se convirtieron en posibles, después de incontables bolígrafos de tinta azul (porque son los de la buena suerte) gastados, después de las visitas a la sede central, después de todos los propósitos de cada octubre (y los miedos de cada enero, junio y septiembre), después de tres ordenadores con el F5 borrado, después de decenas (centenas o millares) de rostros cruzados en la red y en el centro asociado, después de vacaciones con sabor a prueba extraordinaria, después de... después de cuatro años... ¡por fin el sueño se puede tocar y el corazón se llena de alegría! ¡Objetivo cumplido!

Cualquier persona puede pensar que no es para tanto... que cada año muchísimos jóvenes (y no tan jóvenes) terminan una carrera y se gradúan. Sí, es cierto... pero los alumnos de la UNED son diferentes. El esfuerzo que supone, todo a lo que se renuncia por dedicar el tiempo al estudio, el coste económico, etc., a mí me hace pensar en superhéroes. Para mí mis compañeros se definen así porque sé que es complicado, que se hace cuesta arriba y que nunca (o casi nunca) se ve el final.

Para nuestra felicidad (y tranquilidad), hay personas que nos motivan y nos hacen pensar que todo se puede conseguir. Si hay una persona así... ¡esa persona solo puede llamarse José Antonio López Arilla! Siempre animando y buscando formas de ayudar. ¿Quién no ha sido incitado a matricularse de 15 asignaturas? ¿Quién no ha leído sus consejos y ha añadido una asignatura más a su matrícula? ¿Quién no ha reído y disfrutado de los ratos que nos ha regalado? Se lo merece, desde luego que se lo merece. Las cosas buenas le pasan a la gente buena porque tiene que ser premiada.

Ahora que sé que se puede, que no es como la lotería, que el que la sigue la consigue, que una universidad a distancia solo consigue que nos acerquemos más, y que seamos capaces de sentir empatía (tan escasa en estos tiempos) y verdadera emoción los unos por los otros, solo me queda decir:

¡Felicidades, "Boss", ya lo tienes, así que disfrútalo! Conseguirás todo lo que quieras, ya lo has visto.

PD: yo seguiré mi travesía con los que continuamos derrumbando barreras y saltando obstáculos.

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