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Mostrando entradas de noviembre, 2013

En el lugar adecuado

Pedí un café y me giré para buscar una mesa. Me fijé en él. Tenía los ojos tristes y la mirada perdida. La gente reía, hablaba, comía… Y él seguía ahí, quieto. La tranquilidad que se veía por fuera escondía un agitado interior que él intentaba calmar. Sus ojos se fijaron en mí y ambos nos sorprendimos. Pasaron los segundos. Ninguno de los dos era capaz de controlar los movimientos del cuerpo. Él se levantó desconcertado y yo me fui acercando poco a poco hasta la mesa, mientras nos observábamos con especial atención. Aparté la silla y me senté sin apartar mis pupilas de las suyas. No nos dijimos nada ni siquiera nos saludamos. Nuestros rostros reflejaban todas las preguntas que teníamos como si de un proyector se tratase. Incluso me parecía ver luz en su cara. Había pasado mucho tiempo, pero creo que nunca pudimos olvidarnos. Y por su expresión intuí que nuestros corazones habían mantenido vivo aquel intercambio de sonrisas. Un instante que nos cambió la vida sin saberlo. Recuerdo cada