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Talla 0 y publicidad engañosa

Hoy estaba revisando mi correo electrónico y se me ha ocurrido vaciar la bandeja de mensajes enviados. Entre tantos mensajes, uno llamó mi atención, uno en cuyo asunto se podía leer: "No es demasiado tarde para cambiar", y que envié a las redacciones de algunas revistas y periódicos. El contenido del mensaje es el siguiente:

Estimados redactores:

La presente carta la escribo para intentar que ustedes me ayuden a cambiar la sociedad. El tema del que les voy a hablar es uno de esos que se repiten continuamente en la televisión y en las revistas pero que no consiguen mucho. Sé que es muy difícil cambiar la visión de la sociedad hacia un tipo de canon pero cada vez que observo una revista o veo la televisión pienso que estamos creando una sociedad enferma. El tema del que les hablo es el peso, la obsesión por el peso. Me he planteado escribir esta carta porque hoy mismo (12 de julio de 2009) me he topado con un programa sobre dicho tema (la 2 de TVE - La noche temática), pero a una hora en la que muy poca gente estaría despierta. Concretamente se llamaba "Obsesión por la talla" y empezó sobre las 02:15; no vi el programa entero pero lo que vi me bastó para preocuparme seriamente. Se trataba de un programa en el que una presentadora de televisión inglesa (Louise Redknapp) se sometía a una dieta estricta para bajar de peso, consistía en conseguir la talla 0 americana, la que usan las estrellas y las modelos, y la que se vende en cada campaña de publicidad y en las pasarelas. Sinceramente, creo que debería hacerse más hincapié en este tema, aún más del que se ha hecho, porque insistiendo es como se consiguen las cosas.

Como se me ha olvidado presentarme, continúo con ello: me llamo A. Delgado, resido en Madrid y tengo 21 años. Uso una talla 36-38; no defino mi talla porque varía según las tiendas, aunque tengo entendido que se empezará a regular y que en 2014 habrá tallas unificadas. Ese asunto me parece importante y es verdaderamente útil porque se pierde mucho tiempo buscando ropa. Por otra parte, está esa obsesión por tener una talla mínima; tengo un Índice de Masa Corporal de 18.69 Kg/m2, pero no tengo un cuerpo para entrar en los trajes de infinitos diseñadores, ni podría protagonizar una campaña publicitaria por no tener una figura extremadamente delgada. Me molesta que me digan que estoy delgada y sé que tampoco estoy gorda, aunque sí que me preocupo por los pequeños michelines que tengo y por una tripita que lleva conmigo toda la vida. Se estarán preguntando cómo puedo preocuparme por eso, y la respuesta está en la sociedad que me rodea y en la educación que he recibido de todo lo que me rodea. En mi familia no hay nadie tan delgado como yo y nunca me han dicho que tener curvas sea malo, más bien todo lo contrario, me han enseñado que no es bonito estar extremadamente delgada. Pero da igual lo que te enseñe tu familia si la sociedad te dice lo contrario, si para gustar a todo el mundo o a la mayoría tienes que tener una talla 34 o inferior. Mirar una revista y ver cuerpos absolutamente perfectos me hace preguntarme día a día ¿son de verdad así? La televisión aún parece más realista, aún puedes ver las arrugas, los michelines, las ojeras, etc. Pero en las revistas se retoca tanto todo que a veces creo que lo que tengo delante de mí más que una fotografía es una recreación. Mujeres que son guapas por naturaleza salen tan retocadas que a veces parecen muñecas de porcelana. No creo que nada de eso sea bueno. Es cierto que algún retoque, como quitar las ojeras de una fotografía, está muy bien, pero aumentar el pecho o disminuir la cintura, resulta insultante. No he visto nunca en una revista que alguna modelo o artista tenga ningún tipo de lunar o marca en su cuerpo.

La cuestión que me ha llevado a plantearme todo esto ha sido que el programa tan interesante que vi estaba siendo transmitido a una hora en la que ningún adolescente podría estarlo viendo. Los niños y niñas que ahora mismo tienen 10, 11, 15 o 17 años no podrían estar viendo el programa. Y sí, es interesante que ellos lo vean porque son ellos los que se levantan cada mañana viendo cánones de belleza que fomentan la delgadez extrema y son ellos los que poco a poco van haciendo preguntas sobre su peso y sobre cómo no engordar, etc. Son niños que no viven su infancia, sino que tan pronto tienen conciencia de la sociedad que les rodea quieren adaptarse a ella, ser aceptados y conseguir esos cuerpos tan perfectos que aparecen continuamente en los medios de comunicación. No quiero tener hijos que me digan a los 10 años o antes que les ponga a dieta porque quieren parecerse a determinadas celebridades. Las mujeres de los años 20, 30, 40... eran preciosas como eran, sin una talla 34. Las mujeres que de verdad son guapas son aquellas que tienen curvas y, sobre todo, aquellas que se aceptan como son.

Señores, lo que hay que fomentar es un estilo de vida sano en el que se haga deporte y la alimentación sea equilibrada, pero pensando siempre en la salud, no en la estética. Estoy cansada de ver en la televisión un incremento desmesurado de anuncios en los que sólo se habla de calorías, de 0% materia grasa, de dietas, de adelgazamiento, etc. Por favor, fomenten la vida sana. Den pautas para seguir una dieta equilibrada. Que la gente sepa que comiendo de todo también se puede estar sano, mientras no se abuse.

Por favor, creen una plataforma para ayudar a combatir esta epidemia que empezó en las pasarelas. Que se veten los diseños que se realicen para modelos de una talla mini. Que se acorrale a los diseñadores para que esto no continúe. No hay que alabar diseños tan minúsculos. Si se quieren ganar el respeto de la sociedad, que diseñen con dos tallas de más, para personas saludables, delgadas pero saludables, o para mujeres reales.

Los medios de comunicación pueden hacer que las situaciones cambien. CONSTRUYAN ALGO IMPORTANTE, ALGO QUE VALGA LA PENA. Abran los ojos al mundo y muestren lo que siempre han debido mostrar: la realidad. Puede que aún no sea demasiado tarde. Un saludo.

Han pasado cuatro años y no ha cambiado nada. Mi carta no se llegó a publicar en ningún apartado de "cartas al director" o "cartas del lector", así que simplemente pasó de mi bandeja de salida a la papelera de todas las redacciones.

Ojalá algún día nos demos cuenta de todos los errores que cometemos al pensar solamente en cifras, en dinero, cuando lo que de verdad importa es tener más: más salud, más vida, más tranquilidad, más sonrisas, más alegría, más amor...

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