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¿Cómo abandonarte?

Quisiera despertar una mañana rompiendo las reglas. Me gustaría acariciarte y luego despedirme me ti, pero cada mañana me hago la misma pregunta: ¿Cómo abandonarte? ¡Es tan difícil! Quisiera dejarte pero en el fondo siento que eres mía y que yo soy tuya, aunque no siento que sea de algún lugar en particular. Soy de todos y de nadie, pero me has embrujado y que haces que permanezca aquí, a tu lado, para seguir descubriendo los miles de misterios que se esconden en ti. Hablo de ti como si fueras mi amor pero no eres más que una hermosa ciudad que me ha permitido empezar a conocerla y, digo empezar, porque nunca dejaré de empezar a conocerte. Tantas venas y arterias te atraviesan que se escapa de mi conocimiento saber cuáles son cada una de ellas. Sin embargo, me guío bien entre tu cuerpo y soy capaz de encontrar lugares fantásticos que me desvelas poco a poco para que no te deje nunca.

Me he acostumbrado a ti y dejarte sólo dejaría un gran vacío en mi corazón. Pero muchas veces no te entiendo, no consigo hallar la clave que te descifra. Me haces sufrir y reír a la vez. Saboreo la felicidad y trago un poco de dolor. Has sabido quitarme y recompensarme, pero una y otra vez pienso si merece la pena quererte y odiarte tanto.

Sólo puedo decir que... te quiero, Madrid.

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